Fecha: 4 Octubre, 2013
Horario: 10:30 a 06:00
Lugar: Salón José Miguel Blanco, MNBA
Para comprender los paradigmas y el estado de la producción artística nacional e internacional, es necesario entrelazar los conceptos de autonomía, energía y sociedad. Sin la intención de sugerir una clave ecológica, es un hecho a destacar que gran parte de los artistas utilizan medios tecnológicos que emplean energía eléctrica. En su mayoría, dichos medios se insertan en la actualidad en un contexto de consumo masivo, conformando un cuerpo social integrado de comprensión común. Dentro de esta colectividad tecnológica, se puede distinguir una estrategia individual de creación autónoma, por medio de la cual cada artista aporta a esta interdependencia homogeneizada su propia utopía, crisis y estética.
PANELISTAS:
Giuliana Furci: Desde la investigación de los hongos entendidos como organismos de gran variabilidad morfológica y funcional, se puede realizar una extrapolación a los modelos de interconectividad y colaboración inherentes a las nuevas tecnologías comunicacionales. Su conexión con distintas materias orgánicas, permiten el equilibrio de un sistema cíclico a través de la alimentación, descomposición y reciclaje.
Natalia Arcos y Alessandro Zagato: ¿Cómo opera la estética del arte y de las comunicaciones en el movimiento revolucionario zapatista, generando identificación, cohesión y difusión? ¿De qué manera dicho movimiento supera la mera propaganda, para constituirse a sí mismo como una autonomía estética, correlativa a toda las demás autonomías (administrativas, legales, militares y judiciales)?
Valentina Montero: Presentación acerca de las características del movimiento low tech y sus principales exponentes en relación a las estéticas y políticas globales, y, particularmente, las latinoamericanas. Ante las masificación del uso de las redes sociales cuyo servicio es gratuito, ¿es posible usar estas plataformas con una intención crítica y subversiva?
Michael Saup: La energía como principio articulante de la naturaleza y la sociedad. ¿De qué manera los dispositivos tecnológicos, consumidores de energía, pueden ser utilizados creativamente en el contexto de la masificación social de su consumo?
Sergio Rojas: ¿Cuál es la relación conceptual entre obra de arte y tecnología? ¿De qué manera la globalización y la masificación de los dispositivos electrónicos interpela las nociones modernas, vanguardistas y postmodernas del arte? ¿Cuáles serían las condiciones éticas del uso de recursos energéticos en la creación de un arte relacionado a la ciencia y la tecnología?
MODERADOR:
Pablo Ortúzar
ABSTRACTS:
Cuando el conocimiento depende de la autonomía
por Giuliana Furci
Para la mayoría de los micólogos, la autonomía no es una elección, sino más bien la única manera de responder a la inquietud que genera el deslumbrante reino fungi. De no contar con personas autónomas, no habría desarrollo científico-micológico. Esto implica que el desarrollo de la ciencia está basado en una fuerte motivación personal del individuo, quién debe superar diferentes obstáculos para seguir el sendero autónomo, afirmado en la seguridad de que el estudio de la micología genera un bien colectivo.
Leer un video
por GIAP (Natalia Arcos y Alessandro Zagato)
“La ausencia de audio e imagen en este video no es por falta de tecnología, sino por lo que se llama “tecnología de la resistencia" (EZLN, 2004)”.
Leer un video es un proyecto de investigación que toma su título de una serie de comunicados publicados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el año 2004, diez años después del levantamiento armado. En esos textos, el Subcomandante Marcos hace referencia directa a los medios de comunicación y a las tecnologías, los que son, efectivamente, muy poco disponibles para los zapatistas. Este es el punto de partida que inspira el análisis de la relación mediática que establece el EZLN con el resto del mundo.
Fundamentalmente, después del levantamiento armado del año 1994, hoy el zapatismo es un ejemplo de gobierno autónomo con base en los caracoles, municipios repartidos por Chiapas, donde las comunidades zapatistas han desarrollado sus organizaciones políticas y sociales para autodeterminar su justicia, educación, salud, y otras normas sociales. A partir de la compleja experiencia zapatista, el proyecto Leer un video pretende explorar cómo opera la estética del arte y de las comunicaciones en este movimiento revolucionario, generando identificación, cohesión y difusión. Esto, porque el zapatismo es uno de los levantamientos insurrectos que mejor ha elaborado una poética, bajo el entendido de que el arte puede ser un arma de seducción masiva. De esta manera, el conjunto de las producciones estéticas y comunicacionales alineadas con el zapatismo superan con creces la mera propaganda, ya que se constituye a sí mismo como una autonomía estética, correlativa a toda las demás autonomías (administrativas, legales, militares y judiciales).
A partir de las recientes intervenciones y los comunicados que han aparecido desde diciembre de 2012, se está abriendo hoy un nuevo ciclo de lucha y una nueva fase en lo que se refiere al enfoque mediático y estético de los zapatistas: perspectivas políticas, artísticas y comunicativas se encuentran entrelazadas y se disparan hacia el futuro. Se espera que este estudio pueda generar instrumentos útiles para las luchas en curso y las venideras.
Heterotópicos, precarios y desobedientes: apuntes sobre algunas prácticas mediales en Latinoamérica que intentan salvar el planeta
por Valentina Montero
Recordando el enunciado donde Nicholas Bourreaud afirmaba que "El arte tenía que preparar o anunciar un mundo futuro y hoy modela universos posibles" (Bourriaud, 2006), la presentación abordará trabajos de artistas y colectivos latinoamericanos que hacen dialogar intereses estéticos, científico-tecnológicos y políticos. De esta manera, cuestionan los entramados ideológicos subyacentes a la sociedad mediática, inscritos en la cultura digital, y construyen a partir de su análisis, cuestionamiento y apropiación nuevos relatos, nuevos universos posibles de resistencia y acción. No se encuentran circunscritos exclusivamente al ámbito virtual, sino, por el contrario, extienden su campo de acción al mundo físico en respuesta a problemáticas político-sociales de carácter local.
Contra la supuesta inmaterialidad de las nuevas tecnologías y desde lo que, en palabras de Dona Haraway, se denomina “conocimientos situados”, muchos creativos (urbanistas, arquitectos, científicos, artistas, comunicadores, programadores) se apropian
de los nuevos medios y las redes para ofrecer una crítica reflexiva de ella a nivel epistemológico y ontológico. Deconstruyen no sólo sus cualidades físicas y funcionales, sino también sus presupuestos discursivos, evadiendo así el mandato neoliberal y la lógica consumista inherente al mercado.
Junto a la crítica y cuestionamiento a los modelos hegemónicos, a partir de los cuales los dispositivos tecnológicos nos abruman y encandilan, estos colectivos y artistas atienden, desde una óptica constructivista, a la recuperación de la subjetividad que la materialidad de los aparatos y soportes tecnológicos esconde. De esta manera, anulan la opacidad de los dispositivos al construir con éstos y las prácticas relacionadas con la baja tecnología (reciclaje, “hazlo tú mismo”, uso de tecnología obsoleta) nuevos agenciamientos que van modelando espacios heterotópicos. Foucault acuñó el término “heterotopía” en 1966 en un esfuerzo por describir una instancia que buscaba "yuxtaponer en un lugar real varios espacios que normalmente serían, o deberían ser, incompatibles" (Foucault, 1984). Es así como la utopía desde estas prácticas interdisciplinarias, desobedientes y bastardas, se renueva en el encuentro inesperado entre cables, bits, tecnologías ancestrales, basura tecnológica, folclore, artesanía y procedimientos estéticos, plásticos y conceptuales propios del campo artístico en su dimensión experimental y disruptiva.
Bourriaud, N. (2006). Estética relacional. Buenos Aires, Argentina: Adriana Hidalgo Editora.
Foucault, M. (1984). De los espacios otros. Architecture, Mouvement, Continuité, 5.
Uno empolva el bit mientras otro muerde el polvo
por Michael Saup
Internet consume mucha energía, aproximadamente 1.000.000.000.000 kWh por años. Los correos electrónicos, páginas web, videos y redes sociales necesitan energía eléctrica, producida mayormente a través de la quema de sustancias como el carbón, gas, petróleo o uranio. Si se asume que los 21.196 km de la Gran Muralla China son reconstruidos completamente mediante carbón, podemos calcular de manera sorprendente que la muralla de carbón sería lo suficientemente grande como para producir la cantidad de energía eléctrica suficiente para hacer operar la Internet durante un año. Esto significa que la Internet consume una Gran Muralla China construida de carbón anualmente. El carbón es un mensaje congelado en el tiempo por antiguos rayos solares, un secreto materializado del antiguo bosque guardado por millones de años y lo estamos quemando con el propósito de generar energía eléctrica para la cultura digital, reuniendo y comprimiendo la memoria cultural global. La disponibilidad de la información acarrea la responsabilidad individual del conocimiento y la acción: donde la Tierra forma, la inteligencia informa y la sociedad de otro modo uniforma. Cuando pensamos que estamos creando recursos culturales valiosos, estamos de hecho pintando puntos radioactivos en el lienzo del tiempo, una herencia cultural con cualidades dramáticas. Cuando pensamos que estamos usando bits guardados a través de electrones, estamos de hecho usando radiación atómica. La cultura produce contaminación.
Por otro lado, la era atómica revela nuestra dependencia energética masiva y, por otro, sus mecanismos internos y orígenes permanecen ampliamente desconocidos. Las dependencias ecológicas, económicas, científicas, sociales y políticas han llegado a ser muy complejas. La razón puede encontrarse parcialmente en la compleja teoría subyacente y el lenguaje científico cuantitativo que transporta y establece la mentalidad nuclear: un lenguaje de la probabilidad, umbralidad y cantidad. Muchos aspectos que conciernen la calidad de la era nuclear permanecen por lo tanto inexpresables. Nos faltan los medios para comprender culturalmente las complejidades de la era atómica. La radioactividad se ha convertido en parte de nuestra memoria cultural a largo plazo: una columna de la sociedad que expresa una vez más la fascinación humana por el fuego, el regalo de Prometeo. La radiación en todos sus sabores y colores se ha convertido en el nuevo medio de masas. Siendo artistas, necesitamos ahondar en la interpretación cultural del fenómeno. Seamos precisos acerca del camino que tomamos para transformar la antigua memoria del mundo por una nueva. Lo colectivo transformado en lo conectivo, tendrá que comenzar a ser por lo tanto lo correctivo.
¿Qué es lo contemporáneo en el arte?
por Sergio Rojas
¿Qué es el arte contemporáneo? es una pregunta equívoca, porque sugiere de antemano la posibilidad definir el arte actual de acuerdo a ciertas características que permitirían reconocer su contemporaneidad en una obra cuando estamos frente ella. Pienso que no existe el “arte contemporáneo”, sino más bien una “voluntad de contemporaneidad” en el arte, cuyo rendimiento es, en términos generales, desorientarnos. Habitamos actualmente en un mundo de magnitudes inéditas, cuya realidad económica y política está sujeta a un alto grado de inestabilidad; sin embargo, en este universo cuya aparente disponibilidad descansa en las redes, nuestro extrañamiento se ha naturalizado. La palabra “globalización”, por ejemplo, ha llegado a ser la respuesta de antemano disponible ante una realidad en que las incertidumbres se multiplican. En este sentido podría decirse que no somos contemporáneos del mundo en el que vivimos. La “voluntad de contemporaneidad” en el arte opera precisamente como una alteración en nuestros patrones de familiaridad. La subjetividad pasa a ser envestida por una realidad que, más allá de las cifras, permanece inédita para nuestro entendimiento “humanista”. Lo que ha llegado a ser difícil de comprender no es el “arte contemporáneo”, sino el mundo en el que vivimos. En el campo de las artes, las denominadas “artes mediales” constituyen un lugar privilegiado para elaborar las cuestiones que aquí se han señalado. La utilización de diversas tecnologías, el cuestionamiento a la noción tradicional de autor, el desplazamiento hacia espacios y tiempos que trascienden la institución artística, la proyección más allá de las fronteras disciplinarias de la producción artística al vincularse con otras prácticas y saberes, etcétera, generan en las artes mediales una relación interna entre proyecto artístico y reflexión. ¿Qué es lo que se trata de reflexionar? Un mundo, el que intentamos habitar, que parece estar deshaciéndose y recomponiéndose en cada momento.