En Afecto espectral: cuerpos sensibles en ecologías electromagnéticas, la artista reflexiona sobre el afecto en lugares remotos y los fantasmas de la cultura (fantasma electromagnético, fantasma geopolítico, fantasma económico y fantasma biopolítico). Fantasmas que existen en entornos imperceptibles a los sentidos desnudos y que pueden ser representados en el dominio de las frecuencias. Tanto las señales electromagnéticas, como las fluctuaciones de la bolsa ocurren en espacios espectrales. Se habla de contenidos que son decodificados a través de instrumentos tecnológicos que aumentan la percepción de los sentidos. Los espacios espectrales funcionan como ouijas contemporáneas que articulan mensajes, contenidos, conductas y patrones. La obra se compone de un espacio sonoro responsivo y de un libro que interpela al visitante con el fin de formar parte de una experiencia narrativa. Se invita a un ejercicio de distancia crítica en una ecología de medios.
Sitio web: http://cartografiasonora.org