Abstractoscopio cromático

Abstractoscpio bn

Leonardo, Vol. 1, pp. 171-173 (1968)
Abstractoscopio cromático: una aplicación de la luz polarizada
por Carlos Martinoya y Nahum Joël
Ambos somos físicos de la Universidad de Chile, donde desarrollamos un interés por dispositivos capaces de producir resultados con fenómenos físicos comparables a los trabajos de pintores abstractos. Este interés nos condujo a la interesante experiencia que nos gustaría comunicar en esta nota.
En diciembre de 1960 se realizó en Santiago, en un parque a orillas del río Mapocho, una exposición de arte al aire libre (Feria de Artes Plásticas). Esta exposición anual es un evento importante en Santiago y, como científicos con un interés en las bellas artes, decidimos que sería una buena ocasión para mostrar al público en general una forma de expresión que pudiera constituir un lazo entre la ciencia y el arte.
Pensamos que los colores obtenidos por medio de interferencias de luz polarizada en cristales birrefringentes serían un buen ejemplo. Las vibraciones transversales son restringidas a ciertas direcciones especiales en la luz polarizada; por ejemplo, en un plano de luz polarizada todas las vibraciones convergen en un solo plano. Un material polarizado o polaroide, como el del papel fotográfico Polaroid, tiene la propiedad de transmitir estas vibraciones de luz transversales que vibran en un cierto plano. La doble refracción material divide una ola de luz en dos olas que se propagan a través del material a distintas velocidades, dando lugar así a los efectos de interferencia que producen colores cuando se usa la luz polarizada.
Esquema funcionamiento
Ambos hemos demostrado en muchas ocasiones el conocido efecto a nuestros estudiantes de física y cristalografía; su reacción nos hizo pensar que el público general también podría disfrutar al verlo.
Al discutir el programa y los detalles técnicos de nuestra presentación, decidimos que además de demostrar experimentos acerca del crecimiento de cristales por medio de luz polarizada, también remplazaríamos los cristales con papel celofán transparente (otro material birrefringente). Cuando los pedazos de celofán, que han sido previamente doblados y arrugados en varias formas y texturas, son vistos entre dos láminas de material polarizado, forman patrones ricos en coloridos similares a aquellos creados por los cristales. Estos colores experimentan asombrosos cambios cuando cualquiera de los polaroides y/o la muestra de celofán es girada o inclinada. Además los colores también cambian si una lámina de celofán, o varias capas superpuestas, son insertadas entre las láminas polarizadas. Una gran variedad de imágenes abstractas coloreadas pueden así ser creadas.
El próximo paso fue hacer posible que estas imágenes abstractas fuesen vistas por medio de su proyección en un telón o pantalla, para que muchos espectadores pudieran verlas al mismo tiempo. Hicimos esto simplemente enmarcando los pedazos de celofán en sujetadores de cartón o plástico usados para proyectar diapositivas de 35mm. Todo el equipamiento necesario consistía en dos piezas de material polarizado, un proyector de diapositivas y un telón. Nuestra presentación empezó a tomar forma cuando conseguimos sujetadores y celofán mediante los cuales los espectadores podrían componer sus propias imágenes.
En esta etapa de nuestro plan sentimos que un dispositivo automático debía ser construido para variar continuamente la composición y el color de una imagen proyectada en una pantalla.
Conseguimos esto por medio de tres discos de vidrio incoloro, de diferentes diámetros, movidos lentamente por medio de un motor eléctrico. Los diseños de celofán fueron pegadas en el vidrio cerca de la periferia de cada disco. Los tres ejes paralelos de los discos estaban fijados para permitir una superposición de los discos sobre un área de unos 5 x 5 cm. Esta área fue cubierta por medio de un marco convencional de diapositivas de 35mm. La luz de un proyector de 500 watts pasaba a través de un elemento de material polarizado y, luego, a través del área enmarcada de los discos superpuestos. La imagen del diseño compuesto fue enfocada en la pantalla por medio del lente del proyector. El segundo material polaroide fue colocado frente al lente proyector y giraba por medio del mismo motor que movía los discos. Las velocidades angulares de cada parte giratoria fueron ajustadas como para no repetir las imágenes proyectadas durante varias horas de operación.
Denominamos este aparato Abstractoscopio cromático y, para beneficio del público no especializado, agregamos el subtítulo el robot de la pintura abstracta. Nos encontrábamos muy curiosos por ver la reacción de los artistas y del resto del público ante nuestra máquina productora de imágenes abstractas.
Imagen 7Imagen 6Imagen 8
Nuestra participación en la feria fue presentada por medio de un sistema de proyección triple. En el primer tercio del telón se proyectó continuamente el Abstratoscopio cromático funcionando. En la segunda sección, los espectadores podían hacer sus propias composiciones con celofán para luego verlas proyectadas en los marcos de diapositivas proveídos. La tercera sección fue usada para la demostración de experimentos del crecimiento de cristales, los cuales eran interrumpidos a intervalos por una serie de láminas explicando los principios científicos de la interferencia de la luz polarizada. El mecanismo del Abstratoscopio cromático fue también explicado. Las diapositivas incluyó una secuencia graduada de patrones simples de celofán para ilustrar cada aspecto del fenómeno descrito.
Al ser presentado al aire libre, empezamos luego de la puesta de sol y continuamos por dos o tres horas. Los espectadores mostraron un mayor interés del que anticipamos tanto en los aspectos científicos, como estéticos de nuestra demostración. Leyeron y escucharon atentamente las explicaciones científicas, hicieron preguntas y se mostraron especialmente interesados por el experimento del crecimiento de cristales. Compartían nuestra fascinación por el estudio óptico de los cristales en luz polarizada. También aprendieron cómo producir estos efectos sin usar materiales polarizados fabricados por el hombre, por ejemplo, usando la luz parcialmente polarizada del cielo azul con luz reflejada por el vidrio o una superficie de agua.
Los espectadores respondieron ávidamente al desafió, componiendo un gran número de diseños en celofán. Se creó así una forma muy popular de participación en una actividad creativa. Los niños fueron los menos inhibidos y crearon las composiciones más atrevidas. Todos se asombraron de que fuera tan fácil componer imágenes abstractas tan extrañas con coloridos tan inesperados.
Pronto notamos que algunos espectadores empezaron a desarrollar estilos propios. Algunos incluso intentaron adivinar qué colores tendrían las muestras de celofán en el telón. Casi todos se quedaron perplejos con el hecho de que se pudieran obtener colores tan hermosos y variados sin ningún material coloreado (filtros), y de que todos los colores desaparecían al sacar uno de los polaroides.
Algunos artistas sintieron que solo estábamos demostrando una indeseada intrusión más de la ciencia en el arte. La mayoría de ellos, sin embargo, estaban impresionados y vieron en el Abstractoscopio cromático una poderosa fuente de inspiración artística.
«Ciencia y arte están íntimamente ligados. De un lado la estética y la imaginación desempeñan un papel importante en el desarrollo de la ciencia, y por el otro lado, la comprensión de los fenómenos naturales (como el que da base a nuestro abstractoscopio) ayuda a disfrutar mejor las obras de arte». Nahum Joël. «La Nación», 1º de diciembre 1960.