Si no inventas tus propios sistemas,
serás siempre esclavo de los sistemas de otros
William Blake
Autonomía representa por un lado la actitud y estrategia individual por crear a partir de una identidad no homogeneizada, y por otro como contexto utópico que invoca lo inalcanzable en el contexto actual, donde la interdependencia actúa como una forma más de opresión.
Es entonces la condición de autonomías colectivas determinante para configurar un espacio de comprensión común en el contexto de un encuentro de artes audiovisuales experimentales, donde cada uno de los realizadores participantes aporta con su propia utopía, crisis y estética, conformando un cuerpo integrado de lectura contextual.
La condición autodidacta, propia de los artistas y realizadores que habitan el espacio de las vanguardias de creación, esta cada vez más integrada a las metodologías de formación convencional, condicionados por la capacidad de internet por convertirse en un repositorio abierto y dinámico -google, wikipedia, ted, internet archive, etc-, y por la capacidad por parte de una generación digitalmente activa por aumentar sus conocimientos en este espacio virtual sin pasar por un contexto de formación clásico.
Pero el arte siempre se escapa de lo convencional, se niega al adiestramiento, y vive en un contexto liquido, voluble y en constante cambio, casi como un complejo de incomodidad que se alimenta de la ansiedad por escaparse del primer atisbo de normalidad. Autonomía es entonces cualquier cosa menos una herramienta curatorial, y a la vez una estrategia de interpretación y vinculación con esa condición de trascendencia, que en el caso de la 11º BAM busca campos diferentes al artísticos, como en la astronomía y el reino fungi, para provocar la exploración en campos indeterminados no sólo por la comunidad artística, sino que también por una ciudadanía desconectada en general de conocimientos considerados como un bien común.
La sociabilización y masificación de las tecnologías digitales ha significado no sólo establecer otros marcos para la investigación y producción, sino que ha configurado una disposición diferente en los contextos de difusión, distribución y conservación de estas prácticas, conformando campos de pensamiento que han radicalizado la vinculación entre los procesos de construcción colectivos de realidad, acostumbrándonos al cataclismo como condición estructural. Distancia geográfica y extremado conservadurismo son los ejes condicionantes que canalizan e interpretan desfasadamente las contingencias culturales, manteniendo al país en una inexplicable brecha en relación con el resto del mundo, a pesar de los avances en TIC’s.
La rapidez de este contexto provoca una adoración y acomplejamiento frente a la condición de lo nuevo, un acondicionamiento retrógrado hacia las políticas culturales en torno a estos contextos, y un mercado que evoluciona al parecer más rápido técnica, que conceptualmente. Nicolas Bourriaud, teórico francés que desarrolla la noción de estética relacional, afirma que “La pregunta artística ya no es ¿qué es lo nuevo que se puede hacer, sino más bien: qué se puede hacer con?. La novedad por el último gadget, el soma producido por la satisfacción de lo nuevo, se desvanece rápidamente frente al nuevo producto, como una especie de eterno retorno hacia la sensación de insatisfacción, convirtiendo el concepto de arte en una especie de ruina dialéctica sin sentido.
La relación Autonomía, Energía y Sociedad, serán conceptos que en su entrelazamiento servirán como ejes relacionales para comprender los paradigmas y el estado del arte de la producción nacional e internacional. La necesidad de identificar un campo de acción curatorial que contenga en sí diversas preocupaciones hipervinculadas, toma como criterio asuntos básicos; la mayoría de los artistas del video y los medios tecnológicos utilizan energía eléctrica. La provocación ésta inscrita en la reflexión sobre una de las fuentes fundamentales de animación de sus obras, sin la intención de evocar una clave ecológica. La energía como un fenómeno con la capacidad de mover un cuerpo de masa dada por la aplicación de una fuerza, creando una analogía con la capacidad transformadora del arte. Esto por la necesidad de identificar diversos agentes de cambio y transformación radical que identifican una época bisagra análogo>digital de la humanidad, tanto desde aspectos culturales, económicos, científicos, tecnológicos y sociales en general.